Elena en el país de los horrores

Manu Carballal repasa la actualidad de la crónica negra, que ha estado marcada, en los últimos días, por las noticias relacionadas con el esoterismo. Vicente Garrido nos cuenta cómo son los ángeles de la muerte, asesinos en serie, hombres y mujeres, con profesiones vinculadas a la sanidad y al cuidado de los demás, a los que convierten en sus víctimas. Eduardo Casas, nuestro "poli" y Enrique Montiel de Arnáiz, abogado penalista, nos hablan de mitos judiciales. En el "Gabinete de curiosidades de Ana Mendoza" recordamos la historia de Myra Hindley e Ian Bradi, los asesinos de los páramos. Y el cuento de esta semana para nuestro "Club de los marineros muertos" es de Miguel Salas. Se titula "Pureza" y nos lo cuenta Pedro Fernandez.

En abril de 1995, una supuesta banda terrorista ecoanarquista, el Freedom Club, envió una carta a The New York Times atribuyéndose 16 atentados con paquetes bomba, ocurridos en Norteamérica en los últimos diecisiete años. Las agencias de investigación nacionales, capitaneadas por el FBI, habían bautizado al sospechoso (ellos creían que buscaban a un lobo solitario) como Unabomber por los objetivos que perseguía el terrorista, universidades y aerolíneas. En la carta, el FC pidió al periódico que publicaran un manifiesto mucho más extenso a cambio de cesar toda acción violenta. En este audio, les ofrecemos el contenido de dicha carta, en la voz de Emilio Aguilar.

Theodore Kaczynski cree que el avance industrial y tecnológico ha hecho mucho más daño a la humanidad que bien. Por esa razón emprendió, en 1971, una campaña terrorista que duró más de 15 años, que acabó con la vida de tres personas y dejó heridas, de diversa consideración, a otras 23. El FBI le apodó Unabomber, acrónimo de las palabras "university" (universidad), "airlines" (líneas aéreas), por los objetivos que tenían sus artefactos explosivos, y "bomber" (bombardero). En la sección "Ciencia negra", Juanjo Sánchez- Oro nos hablará de qué ocurre cuando las inteligencias artificiales, que actualmente operan en infinidad de sistemas, fallan. Chema Alonso nos cuenta hasta dónde ha llegado la robótica en la actualidad. Cerramos el programa en nuestro Club de los marineros muertos, con un cuento de Alex Cardoso titulado "El maniquí y la muerte"

Joanna Dennehy era una bomba de relojería. De ser una dulce niña, obediente y cariñosa, pasó a convertirse en una adolescente rebelde, tremendamente agresiva. Se escapó de casa a los 16 años y, a partir de ahí, su vida fue una carrera vertiginosa de autodestrucción que se llevó por delante a tres víctimas inocentes y a punto estuvo de costar la vida a otras dos. Contamos su historia y analizamos su personalidad junto a Juan Ramón Pereira. Javier Arries nos descubre a Arnold Paole, el primero y uno de los pocos vampiros reconocidos oficialmente en la historia, germen de grandes epidemias de estas criaturas en Europa central hacia el siglo XVIII. Fermín Mayorga nos narra algunos casos olvidados o silenciados de infanticidios ocurridos en casas de sacerdotes. En "El gabinete de curiosidades", Ana Mendoza nos habla de la misteriosa desaparición de Tara Calico. En "El Club de los Marineros Muertos", presentamos "Pintura", de Miguel Salas, en la voz de Pedro J. Fernández.

Actuó en la costa oeste de los Estados Unidos. Sus víctimas favoritas eran parejas; solía disparles a bocajarro, aunque, a veces, también utilizó un cuchillo. Zodiac atacó a siete personas, a cinco de ellas les arrebató la vida. Quería ser famoso a toda costa, por eso, además de asesinar, enviaba cartas a los medios de comunicación, amenazando con seguir haciéndolo si no le daban la publicidad que él quería. Retaba al público, a través de complejos criptogramas, a descubrir su nombre. En octubre de 1969, dejó de matar. Y, de repente, veinte años después, reapareció en Nueva York, justo al otro lado del país: la policía y los medios de comunicación comenzaron a recibir nuevas cartas firmadas por Zodiac. Pero ¿era realmente el mismo pistolero o se trataba de un imitador?